miércoles, 28 de noviembre de 2012

Eva Hache: del guión a la dramatización (II)

¿Quién ha dicho que ha de respetarse el guión? La monologuista improvisa ante el público. En este caso, se ve afectado el rasgo primario de la inmediatez, habitual en las interacciones informales: el texto escrito no se da en el aquí y el ahora; en cambio, la dramatización se da en un escenario y ante un público. Ello ocasiona que los gestos adquieran un relevante papel, como vemos en el vídeo:


Si comparamos el guión con la transcripción, observamos que además toman relevancia las añadiduras improvisadas:


GUIÓN
TEXTO DRAMATIZADO
(2.a)
Otro que va por una carretera de plastilina. Uno que se transforma en una especie de robot poligonero y empieza a bailar bakalao… que el seguro de tiene que costar una fortuna.


(2.b)
Eva Hache: hay otro que va por CARReteras de plastilina
Público: RISAS
Eva Hache: hay otro que se transforma en una especie de ROBOT poligonero que empieza ahí/ chunkun [chunkun chunkun¯[1] que empieza a bailar bakalao¯ ¿lo habéis visto ¿no?]
Público: [RISAS Y APLAUSOS]
Público: APLAUSOS 3”
Eva Hache: esa transformación de cochee a Cyborg es- esoo yo pien- pienso ¿cuán- cuánto vale el seguro de eso?
Público: RISAS
Eva Hache: no[2] me lo compro



[1] Con las manos y el cuerpo hace gestos que emulan la transformación del coche en robot.
[2] Acompaña el no con un gesto de negación con el dedo índice.
 

Todo ello viene, sin duda, a facilitar la comunicación con la audiencia y, en consecuencia, el triunfo de los efectos humorísticos perseguidos.

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